martes, 18 de enero de 2011

La Formación Valoral en los Adolescentes

LA FORMACIÓN VALORAL EN LOS ADOLESCENTES

Por Milagros de Atocha Caballero Hernández
Docente del Centro de Actualización del Magisterio

Valor: Cualidad física, intelectual o moral de alguien: persona de gran valor.
Moral: Relativo a las costumbres o a las reglas de conducta: los valores morales.

La Secretaría de Educación Pública edita el Plan de Estudios para la Educación Secundaria 2006 y los programas correspondientes a las asignaturas que lo conforman, con el propósito que los maestros y directivos conozcan sus componentes fundamentales, articulen acciones colegiadas para impulsar el desarrollo curricular en sus escuelas, mejoren sus prácticas docentes y contribuyan a que los alumnos ejerzan efectivamente el derecho a una educación básica de calidad.

Desde 1993 la educación secundaria fue declarada componente fundamental y etapa de cierre de la educación básica obligatoria. Mediante ella la sociedad mexicana brinda a todos los habitantes de este país oportunidades formales para adquirir y desarrollar los conocimientos, las habilidades, los valores y las competencias básicas para seguir aprendiendo a lo largo de su vida; enfrentar los retos que impone una sociedad en permanente cambio, y desempeñarse de manera activa y responsable como miembros de su comunidad y ciudadanos de México y el mundo.

El componente moral en los adolescentes es un rasgo importante que  la Educación Pública en México ha enfatizado dentro del currículum en el nivel básico (Secundaria) con la asignatura de Formación Cívica y Ética.  A esta asignatura se le tiene asignada una tarea específica: la promoción de saberes básicos para la integración de los individuos a la sociedad a que pertenecen y al desarrollo de actitudes de participación responsable en su mejoramiento. De igual manera se busca contribuir al desarrollo de los adolescentes como personas capaces de actuar libremente y con responsabilidad; no se puede prescindir de la reflexión sobre los valores y los procesos de desarrollo moral  que se ven involucrados en su  adquisición.
En 1999 los programas de Formación Cívica y Ética introdujeron la reflexión ética como un contenido explícito en el currículo de la educación secundaria y como complemento de Civismo que se venía impartiendo en ese nivel.
Se buscó así fortalecer en los estudiantes el desarrollo de su capacidad crítica respecto a los principios que la humanidad ha conformado a lo largo de su historia y sentar las bases para que conozcan la importancia de la actuación libre y responsable para el desarrollo personal pleno en el mejoramiento de la vida social.
La Formación Cívica y Ética es un proceso que se desarrolla a lo largo de toda la educación básica y que comprende varias dimensiones.
La primera concierne al tiempo curricularmente destinado a la asignatura, en el cual se asegura el tratamiento explícito y sistemático que favorecen el análisis ético de los estudiantes acerca de su persona, de los valores que entran en juego en sus decisiones y los niveles de responsabilidad que deben asumir sobre las mismas. Además, se impulsa el estudio de la democracia como forma de vida y de gobierno.
Una segunda dimensión comprende la contribución de todas las asignaturas del currículo y al desarrollo de la reflexión cívica y ética; a través de contenidos específicos en los que se brinda información sobre temáticas moralmente relevantes en la sociedad actual.
La tercera dimensión se refiere al ambiente escolar como un espacio que brinda la oportunidad de dar sentido y validez a comportamientos que enriquecen el ejercicio de la democracia como forma de vida, comprende aspectos de la convivencia, la organización, las normas y las regulaciones que caracterizan la experiencia escolar y cotidiana.
Para promover la reflexión ética en el contexto de la escuela secundaria se plantea la necesidad de analizar los modelos y las estrategias de educación moral que se han generado, a fin de desarrollar criterios para la aplicación de aquellos que responden a las características que la asignatura Formación Cívica y Ética presenta en la actualidad.

Para poder promover la reflexión ética en el contexto de la escuela secundaria es necesario  revisar y analizar los modelos y las estrategias de educación moral que se han generado, como criterios característicos  para desarrollar dentro de la asignatura de Formación Cívica y Ética.

Existen razones importantes  donde se debe plantear la necesidad de la formación valorar en los adolescentes; mencionaré algunas:
*      Se observa un detrimento de valores a nivel mundial donde la televisión (noticias amarillistas, programas sin contenido educativo, películas con alto índice de violencia, etc.…),  el cambio de estructura familiar (por la crisis económica que atraviesa el país; los dos pilares de la familia papá y mamá se ven en la necesidad de trabajar para la manutención de sus hijos ocasionando un descuido total de los mismos), el rompimiento de las relaciones entre la escuela y la comunidad ( en donde la sociedad responsabiliza de manera total a la escuela en la educación que reciben sus hijos; y en realidad la educación debe ser tripartita: padres de familia-escuela –sociedad) contribuyen a esta crisis valoral.

*      La desigualdad entre los avances tecnológicos y el conocimiento de éstos dentro del ámbito educativo; en donde los niños como los adultos deben ser informados de los nuevos descubrimientos para que consideren las consecuencias de estos desarrollos tecnológicos desde un punto de vista ético (Ejemplo: el internet).

*      Que la diversidad cultural se tome como una oportunidad de conocimiento, comparación y valoración de costumbres y tradiciones y no como fuente de tensión y conflicto (la diversidad es una condición esencial a cualquier forma de vida y se expresa en aspectos como la edad, el sexo, la religión, la fisonomía, las costumbres, las tradiciones, las formas de pensar, los gustos, la lengua y los valores personales y culturales; en ella reside la posibilidad de enriquecer la vida y de ejercer la libertad de elegir entre múltiples opciones).

*      Que la familia sea la base de la formación valorar en los adolescentes y que la escuela contribuya para su reafirmación y fortalecimiento de los mismos existiendo congruencia entre ambas (la educación inicia en casa, en el seno familiar es donde al individuo se le dota de  principios, valores y buenas costumbres y es la escuela en donde se reafirma y confirma lo que trae de casa, para que en la sociedad lo aplique y lograr una buena convivencia)

*      Reconocer que  la escuela  incorpora la formación valorar en sus actividades a través de  la participación para ejercer el juicio crítico; la capacitación de los alumnos para que tengan iniciativa de formular propuestas y el asumir compromisos consigo mismos para la consolidación de sus valores considerando que la escuela se acompaña de otros agentes socializadores como los medios de comunicación, el grupo de pares y la comunidad de referencia.

*      La educación moral es importante en el adolescente dentro del proceso de construcción de su personalidad en donde está inmerso su independencia, identidad y autonomía como ciudadanos en un futuro.



Si la escuela no forma valoralmente, se carece de bases para exigir ética en los procesos de desarrollo social, político, económico y cultural. Si no existe claridad en cuanto a los valores que queremos formar se escasea de puntos de referencia de carácter cultural o social repercutiendo en nuestro juicio acerca  de las decisiones individuales que determinan el rumbo de nuestro desarrollo.

La formación valorar es de suma importancia en los adolescentes ya que  contribuye en la formación del juicio moral del individuo y con la comunidad de la que forma parte para su participación activa en la construcción de una sociedad más justa, más libre y democrática.

miércoles, 12 de enero de 2011

El Desarrollo Moral del Niño


EL DESARROLLO MORAL EN EL NIÑO


POR MILAGROS DE ATOCHA CABALLERO HERNÁNDEZ 
Docente del Centro de Actualización del Magisterio                                                               

La palabra moral  procede del vocablo latino mores, que significa “costumbres” o “tradiciones”. En todas las culturas sin excepción alguna existen estas costumbres que se les enseña a los  niños, jóvenes y adultos  a ajustarse a ellas. Los niños identifican entre una conducta “buena” y una “mala” y entre lo “correcto” y lo “incorrecto” antes de caminar o hablar. En la interacción con los adultos, el infante llega a saber que un ceño fruncido, un “¡No, no!”   o  un manotazo  significan “niño malo” , mientras que una sonrisa, un beso o un juego quieren decir “niño bueno”. La oportuna conciliación de los niños a las costumbres y hábitos que les enseñan sus padres se debe, a su deseo de evitar que los castiguen. Pero existe la posibilidad de creer que el firme respeto de los niños a las figuras de autoridad y su dependencia  de las mismas les lleva a imitar  y adoptar las conductas de sus mayores. Por ejemplo una niña de 4 años que observa que su papá al quitarse los zapatos  los lleva al closet puede imitarle quitándose los zapatos y colocarlos junto a  los de él: no para evitar el castigo sino pasa ser “como papá”.
Jean Piaget y Lawrence Kohlberg estudiaron las cogniciones morales de los niños. Estos investigadores compartieron la creencia de que la naturaleza de las cogniciones morales evoluciona con  arreglo a un esquema semejante al de los estadios. Ambos  creían que la cualidad de los juicios morales cambia de una manera sistemática y previsible a medida que el sujeto madura e interactúa con otros. La teoría del desarrollo moral de Piaget se basa en los juicios y percepciones morales de los niños, pero la teoría de Kohlberg se basa tanto en los juicios y percepciones morales del adulto como en los niños. La teoría de Kohlberg puede considerarse una extensión  y clarificación a la teoría de Piaget.






EL CONCEPTO DE JUSTICIA DE LOS NIÑOS                      


Jean Piaget en su investigación sobre los juicios morales de los infantes determinó una serie de estudios destinados a medir la comprensión por parte de los niños del concepto de justicia o del acto de administrar recompensas y castigos. La  primera de ellas es la sanción expiatoria, que consiste en imponer al infractor   un castigo que sea proporcional a la falta cometida, sin tener en cuenta más factores (los niños de menos de cinco o seis años tienden a recomendar este castigo). La segunda es la sanción de reciprocidad, consiste en que la sanción o castigo está estrechamente ligada con la infracción. Los niños que tienen menos de siete u ocho años consideran justas o buenas todas las recompensas o castigos que los padres u otras personas administran. Entre los siete y ocho años los niños solicitan  la igualdad para todos. A partir de los doce años, los niños moderan su demanda de igualdad y son partidarios de la equidad en relación con las recompensas y castigos.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA PADRES Y MAESTROS                



            Muchos educadores creen que el desarrollo moral de los niños no es total responsabilidad de los maestros; algunos determinan que conductas como hacer trampas, consumir drogas, mostrar actos de vandalismo y robar sean situaciones que se viven de manera cotidiana en las escuelas provocando que se perturbe el quehacer educativo. La evidencia muestra que tanto dentro como fuera de la escuela,  la ética de los estudiantes representa un desafío para nuestra cultura y para nuestro sistema educativo. Hay que “reeducar” desde los niños hasta los jóvenes,  en el cual la educación moral juega un papel preponderante para formar ciudadanos de bien, ciudadanos productivos y comprometidos con su país para un futuro prospero. A continuación expongo algunos consejos que se pueden practicar en casa y en la escuela que contribuirá en la ética y moral de los niños y jóvenes:

·        Discuta la situación y la razón de un castigo con el niño cuando éste intente modificar conductas mediante el uso del mismo.

·        Asegúrese, cuando administre un castigo, de que éste está en consonancia con la infracción y de que el niño comprende perfectamente la relación.


·        Procure que el niño ayude, trabaje y juegue con personas con capacidades diferentes y con personas de la tercera edad, y a que participen en actividades comunitarias voluntarias.

·        Para reducir la conducta de hacer trampas, el maestro puede aplicarles un test para identificar que temas deberían repasar con más detalle para evitar copiar o hacer acordeones a la hora de los exámenes.


·        Proponga que los alumnos identifiquen conductas morales deseables y no deseables en ambientes y situaciones cotidianos.

·        La identificación y la discusión de acciones deseables e indeseables puede influir en la conducta posterior.